Ilustrísimo señor Alcalde, señoras y señores:
Lo
primero de todo es pasear la mirada al rededor para cruzar mis ojos
con los vuestros. Cuántos amigos y simpatizantes os habéis reunido
hoy aquí, en esta especie de fiesta bautismal, para solemnizar un
poco la aparición de este libro sobre
la Historia de Las Regueras.
La
amistad es una palabra mágica. Y la gratitud, también.
Ya el
libro en sí, ha surgido de una de una vieja amistad con Juan
Goti, que se inició cuando aún éramos
chavales y su familia hubo de trasladarse a Oviedo por razones de
trabajo. El se incorporó a nuestro curso en el Seminario. Como
íbamos a ser del mismo pueblo, ya nos hicimos amigos Además nos
tocaba también ser vecinos: yo vivía en el Postigo y él, en Plaza
del Ayuntamiento. Así que compartíamos el internado por el invierno
y las vacaciones en el verano. Luego, cada uno nos fuimos a hacer
nuestra vida, pero nunca perdimos el contacto:
mientras estuvo en Oviedo, venia a ayudarme en mis trabajos
en las fiestas. Toda la vida nos gustó mucho conversar y, como los
dos somos un poco apasionados (por no decir un tanto tozudos), con
frecuencia nos acalorábamos defendiendo nuestros puntos de vista.
A través
de todos los años de vida activa (¡como
si la de ahora no lo fuera ¡), siempre encontrábamos ocasiones de
visitarnos si no era en Oviedo, era San Sebastián o en Valladolid,
hasta que la jubilación nos volvió a la vecindad de antaño.
Ahora,
hace ya muchos años que compartimos
la Carcabina, como
lugar de encuentro y refugio. Con frecuencia, buscamos rincones
agradables según el clima, para charlar ante una botella de sidra de
nuestra producción casera y un pinchín
de lo que sea...
El
proyecto de escribir un libro sobre este tema, es antiguo, pero el
hecho de llevarlo a cabo fue porque hace dos años, Marcelino
Cárcaba, nuestro vecino y activo amigo,
que no se cansa de discurrir y realizar nuevas iniciativas por su
pueblo, organizaba, un año más, las fiestas del Carmen de
Tamargo. Cada año venia pidiéndome una
colaboración para el Libro de las Fiestas. Eso me obligaba a
escribir algo sobre personas y cosas que nos tocaron vivir, dignas
de ser recordadas, como Inocencia la de Fausto, Rogelio y Luisa del
chigre de junto a la iglesia,
les
pandorgaes, el puente de Gallegos... (Que
pueden verse en
lasregueras.net)
Bueno,
pues en ese año quiso Juan contribuir también con un trabajo, sobre
las lanzas de nuestro escudo. Y pensábamos seguir colaborando en
años sucesivos, pero no fue posible. Fue entonces cuando surgió
entre nosotros la idea del libro, juntando la gran afición que él
tiene por investigación, con el entusiasmo, y la experiencia de mi
larga pertenencia a Las Regueras.
Siempre
eché en falta, algo que nos informara de nuestro pasado. Hay libros
y folletos que hablan de unas cosas y otras, por aquí y por allá.
Están todos ellos muy fragmentados y prácticamente, son de difícil
acceso. ¿No podría haber algo sobre Las Regueras donde se pudieran
encontrar datos de su identidad, algo sobre su historia, sin que,
para ello, hubiera necesidad de emplear demasiado tiempo o esfuerzo?
Bueno pues así empezó, desde dos años
hace, la preparación de
esta historia.
No se
distribuyó su contenido por capítulos que es más serio, sino en
forma de reuniones, de encuentros, para que fuera más ligero y más
accesible a la gente a cuyas manos llegue.
Desde ahora, algo más hay. Tenemos un
libro que responde en parte a esa inquietud. Y digo en parte,
porque no pretendemos agotar todos los aspectos de la historia
reguerana, sino dialogar sobre algunos
episodios de la misma: los que nos parecieron más interesantes,
debiendo desechar otros o debiendo resumir, muchas veces, contenidos
para hacerlo cercano al lector, lego en historia. Es un "Suma y
sigue", nuestro "granito de arena".
Por
delante de la
Carcabina veo pasar
peregrinos, casi a diario. Cuántas semanas, cuántos meses emplean en
ese, a veces solitario, y siempre largo y duro, caminar?
No puedo acostumbrarme a
verlos pasar, son como un golpe en el alma. En esta vida tan agitada
donde todos estamos azorados, escasos de tiempo, con prisas... los
ves pasar.
¿
A dónde van?
¿Qué buscan?
Van
siguiendo las señales del Camino de Santiago, que lleva por las
Regueras.
¿Por qué
no podría este libro aspirar a ser una señal más en este Camino?
(Que por
cierto en la subida de Los Arroxos, bien
podríamos arreglarlo un poco para evitarles el peligro de los coches
que aparecen de repente
en la salida de las curvas y les
obligan a echarse a la cuneta)
Aunque la
“belle
epoque“ marcó un tiempo
en los años veinte del siglo pasado, a todos, a través de la
vida, se nos va quedando en la memoria el recuerdo de una
belle
epoque propia, ya vivida .
A nuestra
generación le tocó, nos tocó, vivir los cambios más grandes que
“jamás vieron los siglos”. Casi todo ha tenido que desaparecer; Las
Regueras no fue una excepción en este devenir de transformaciones.
Vivíamos en una vida rural en la que a nuestro modo, éramos felices.
Ahora todo aquello ha pasado. Somos mucho más ricos, a veces hasta
lujosos; pero no debemos olvidar nuestro origen;
hasta aquí hemos llegado por un camino que no debemos
olvidar, ni menospreciar porque es nuestra Historia.
Me
emocionó una carta que recibí de Esther Martínez, que está al frente
de la biblioteca de Las Regueras. Ella esperaba ese libro desde hace
mucho tiempo, sabía que
llegaría y ocuparía un sitio en
la Biblioteca municipal, que ella cuida con mimo.
Cuando recibió la copia del libro que iba a salir, me escribe
entre otras cosas:
Querido Celso:
Sé que hoy estuvisteis en el Ayuntamiento hablando con el alcalde y
la teniente de alcalde, sobre el proyecto de vuestro próximo
libro, y este e mail es para decirte a ti y a tus colaboradores, que
esta biblioteca tiene desde hace más de 20 años, que son los que yo
llevo aquí, un hueco esperando, para un libro como ese. Era
necesario y de justicia que Las Regueras tuviese una publicación
seria y rigurosa. En el ordenador quedó el documento
word y Maribel me lo enseñó. Por eso
debo daros, como reguerana y
bibliotecaria, mi más cordial enhorabuena. Ah, y desde luego, la
biblioteca sería un marco estupendo para la presentación en sociedad
del libro.
Un saludo.
Esther Martínez